El imborrable recuerdo de Enrique Morente

Finalizan las `Mañanas Cinematográficas Flamencas´ con la proyección del documental `Morente, La Pasión´ dirigido por Juan Verdú

Con el documental `Morente, La Pasión´ los asistentes a esta última jornada de cine flamenco han podido descubrir no sólo al artista en estado puro y que ya forma parte de la historia del flamenco, sino, sobre todo, al ser humano cuya personalidad ha marcado a cuantos lo rodeaban. En palabras de Juan Verdú "gracias a Enrique hemos aprendido flamenco, pero también nos ha enseñado a vivir y a disfrutar de la familia y los amigos".

El documental producido por Telemadrid ha contado con las vivencias y experiencias de sus más allegados, sus hijas Estrella y Soleá, su hijo Enrique o su mujer Aurora, amigos como José Manuel Gamboa o el mismo Verdú, Pepe Habichuela, Javier Conde, Carmen Linares, Pedro Gabarre o José Carbonell "Montoyita". Momentos íntimos entre amigos y familiares que acercan y engrandecen aún más la leyenda de Enrique Morente.

En palabras del Director del Festival Internacional del Cante de las Minas, Julio García, el manchego Juan Verdú, "es difusor del arte flamenco", especialmente a través del programa "Madrid flamenco" de Onda Cero, pero "también también impulsor del flamenco por todo el mundo", como organizador de la `Suma Flamenca de Madrid´.

Después de la proyección del documental de unos 50 minutos aproximadamente de duración, el propio Verdú ha confesado, "lo he pasado muy mal editando este video y algunas veces tenía que salir a la calle para poder despejarme" y también comparaba la figura de Morente con la de otros grandes representantes del arte como Picasso, Dalí o Buñuel, considerándolo como un auténtico creador de flamenco.

Por último, Juan Verdú ha contado una de esas anécdotas que sólo ocurren en la gran familia del flamenco y es que en la cinta puede verse a Estrella Morente con un pañuelo de lunares al cuello. Ese pañuelo perteneció originalmente a Diego "El Cigala", pero fue Juan Verdú quien se lo quitó y más tarde, en un descuido de éste, Estrella Morente se lo cogió. La moraleja: con el espíritu de Morente todo queda entre la familia y los amigos.

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